Perseverancia y diligencia como herramientas del éxito

La vida no es solo vivir, gozar y reír, en ocasiones se hace necesario tomar una bocanada de voluntad, sacrificio y renuncia. Ejercitarse en el hábito de la perseverancia, para poder nadar, no solo, en aguas cristalinas sino también en aquellas que a veces no quisiéramos afrontar. Aprender a no darse por vencido y buscar el sendero del éxito, incluso, en las condiciones mas extremas.
Por eso si quieres alcanzar tus metas, jamás olvides abastecerte de una buena dosis de perseverancia y diligencia, de ese ímpetu por conseguir lo que deseas aunque sientas que el viento sopla en dirección contraria a la tuya.
El esfuerzo constante y diligente, el levantarte temprano en la mañana, el llegar unos minutos antes a tu trabajo y estar presto a atender con cordialidad a tus clientes. La disciplina de dar siempre más del 100%, es la actitud de los ganadores.
Ir por el mundo dejando las cosas pequeñas, cuando se tiene la meta y los sueños de algo mucho más grande, sin dejarse dominar por el placer inmediato. Ya habrá tiempo para beber, bailar, cantar y reír; cuando se tengan los medios necesarios para hacerlo y no por el contrario, precisando la vida en nimiedades.
Por eso haz tu tarea por molesta que resulte, siempre con una sonrisa dibujada en los labios; deja en algún momento de lado un plato, una fiesta o un capricho, si lo que buscas es asegurar tu futuro. Porque en ciertos momentos el mayor altruismo es sentir que debe haber un futuro mejor para nosotros.
Nútrete con el alimento del esfuerzo que te llevará a la victoria, dando siempre lo mejor de ti; siendo diligente sin importar el contexto, teniendo en tu labor la mayor de las éticas. Aportando siempre tu mayor esfuerzo y brío para alcanzar el objetivo. Buscando el camino correcto, el del mejoramiento continúo.
Aprende creciendo todo el tiempo,  perfilando tu ética y perseverancia; llegando a tiempo a cada cita, estando preparado a dar tu mejor respuesta. Se precavido pero al mismo tiempo vístete de arrojo, asegurando que tus sentidos estén enfocados en lo que haces.  Aprende y ponte siempre la camiseta de la proactividad, muéstrate siempre que puedas ser útil en algo, aun cuando no te hayan pedido que lo hagas. Presta atención a los detalles, formas, colores y mensajes que te rodean ¡Ese es tu mundo!, aquel en el que puedes ser cada día mejor. Controla tus enojos inútiles, y da siempre lo mejor de tu persona en cada tarea; dejando fluir tus emociones positivas, aprendiendo y duplicando la actitud de los buenos líderes que te rodean, hasta convertirte tu mismo en un ejemplo a ser seguido.  
Todos podemos crecer, ser mejores cada día, ser más inteligentes y capaces cada año, sin fijarnos en el error de otros. Aprendiendo de nuestros propios desaciertos, suavizando nuestra critica y eliminando cualquier limitación que, por lo general solo habita en nuestras creencias.
Atrévete a entrar en el juego que llamamos vida, a ser la estrella de tu equipo; a entrenar cada día para mejorar tus jugadas, tu fuerza, tu ubicación y estrategias. Sé ambicioso en el logro de tus objetivos, construyendo castillos de columnas reforzadas y no de naipes que el viento derribe.
Cumple la promesa que te has hecho a ti mismo, esa de ser feliz algún día.  Se tenaz en cada cosa nueva que aprendas, mejora tu conocimiento en todas las materias que puedas; sé excelente en tu forma de relacionarte con otros, aplicando en ello el poder de la perseverancia. En la medida que lo hagas, te resultará cada vez más fácil el ser exigente contigo mismo.
Cualquiera puede cantar, pintar, escribir un poema, construir una represa, dirigir una empresa o un país, si esta convencido del poder de la perseverancia.
Todo aquel que es perseverante y diligente, puede garantizarse cuando menos una vida bastante digna, y de ahí en más el logro de cualquier sueño que tenga.
Jamás pienses en dejar de hacer algo, solo porque crees que otra persona lo hace mejor que tú; ni dudes nunca de los prodigiosos talentos que Dios te ha dado ¡Atrévete con fervor y paciencia! y déjate sorprender por los resultados.

Recuerda siempre que la determinación es lo que te tiene en este mundo, y que el deseo de hacer las cosas es lo que hará que concluyas cada carrera. Desde luego tendrás que llegar a la línea de partida y competir con otros, pero vamos ¡sé que tienes la voluntad para hacerlo!